Empresario acusado de abusos: el reclamo de los denunciantes por las pruebas clave que faltan producir


El pedido de las familias del colegio Palermo Chico recrudece y la pregunta se repite entre ellos: ¿Por qué no le toman declaración en Cámara Gesell a los tres de los diez denunciantes de los abusos que todavía no lo hicieron? Mientras el juez espera tener todos los testimonios para poder indagar al empresario Marcelo Porcel (51), y con un pie en la feria judicial, todavía no hay una fecha para producir esa prueba clave y les preocupa que -por las demoras- ese paso procesal demore el avance de la causa hasta el segundo trimestre de 2026.
Las denuncias empezaron cuando los padres del Colegio Palermo Chico empezaron a notar cambios en sus hijos y “rumores” entre otros compañeros. De a poco, los adolescentes empezaron a relatar episodios de abuso que se convirtieron en denuncias: en 2024 fueron siete los que se animaron a llevar sus relatos a la Justicia y que, en Cámara Gesell, contaron lo que les había ocurrido. Luego otros tres sumaron sus casos, hasta una décima denuncia que se formalizó este 19 de diciembre.
El expediente está en manos de Manuel Bruniard, del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°50; y del fiscal Pablo Turano, de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°1.
Turano pidió la indagatoria para Porcel y basó la solicitud en los casos que declararon en Cámara Gesell y que describieron las circunstancias alrededor de los abusos. Desde encuentros en tres domicilios en los que pagaba a niños de 13 o 14 años para que consuman alcohol, hasta transferencias para que realizaran apuestas, y grupos secretos en los que convocaba a encuentros.
Esos relatos -de acuerdo a la investigación- demostraron un contexto de confianza y familiaridad con las víctimas que derivaron en abusos concretos: simulaba supuestos masajes con cremas especiales después de los partidos de fútbol como excusa para manosear a los adolescentes o registraba escenas de la intimidad (sin que ellos lo notaran) en foto o video mientras se cambiaban o bañaban, siempre de acuerdo al expediente judicial.
Ese material fue encontrado por los peritos en dos teléfonos secuestrados al imputado.
Además de simular ser parte del grupo de adolescentes, enviándoles mensajes de Whatsapp y organizando salidas nocturnas, los adolescentes mencionaron extorsiones económicas en las que les ofrecía trasferencias para hacer apuestas en plataformas virtuales y hasta ser sus “próximos herederos en los negocios”.
Luego de generar ese contexto de confianza, para la acusación, él generaba un escenario propicio para cometer los abusos.
“El punto ahora es ¿Por qué el cuerpo Médico Forense no da fecha para las tres declaraciones de los chicos que faltan? Tendrían que habilitar las declaraciones durante la feria judicial. Tienen que declarar cuanto antes”, insisten desde la comunidad de padres que busca impulsar la investigación judicial.
En un comunicado difundido la semana pasada, el colegio Palermo Chico aseguró: “Queremos, asimismo, informar que la familia involucrada ya no forma parte de nuestra comunidad educativa. Desde nuestro Colegio, reafirmamos que el cuidado integral de nuestros alumnos constituye una prioridad institucional y agradecemos a las familias la confianza permanente depositada en la institución.”
Si bien ahora la escuela advierte que la familia Porcel ya no es parte del colegio, durante todo 2025 el empresario tuvo una restricción de acercamiento hacia las víctimas y no podía ir a la escuela ni a los lugares que frecuentaban. Pero sus dos hijos compartían las clases con los denunciantes, algo cuestionado por las familias mientras esperaban el avance de la investigación.
Bruniard todavía no llamó a indagatoria a Porcel alegando “economía procesal” y a la espera de contar con todas las declaraciones de los chicos antes de imputarle formalmente los delitos. Por eso, los padres insisten en la premura para que se concrete ese paso durante la feria judicial.
Cuando trascendió la noticia respecto de las denuncias realizadas por los adolescentes contra Porcel, el empresario no estaba en el país. Es que el juez Bruniard, y notificando al fiscal Turano, lo autorizó a viajar a Punta del Este al casamiento de su sobrina entre el 17 de diciembre y el 5 de enero.
Sin embargo, según confirmaron fuentes con acceso al expediente, regresó al país este 19 de diciembre ante el revuelo mediático que generó la difusión de las graves denuncias.
Según publicó la agencia Noticias Argentinas, regresó en el vuelo AR 1357 de Aerolíneas Argentinas, pero no notificó al juzgado de sus movimientos, algo que debe hacer por su situación judicial. Fue así que Bruniard “decidió intimarlo para que de respuesta de dónde se encuentra actualmente viviendo, para seguir sometido al proceso en su contra”, publicó NA.
El denunciado es conocido en el ámbito empresarial. Fue parte de Oh! Buenos Aires, un holding del vecino país que tenía la concesión del shopping que funcionaba en el predio del ex Buenos Aires Design, en Recoleta. Además, está vinculado a firma del agro fundada por su familia. Su padre, además, fue el creador de Argencard, una tarjeta de crédito popular en los ’70 y vendida en 1995.
Porcel también estuvo al frente de la empresa agropecuaria Campazu S.A. además de proyectos vinculados a Nordelta y Punta del Este.
Fuente: www.clarin.com



